Hotel rural Biniarroca -Adults Only -

Elementos modernos combinan de forma armoniosa con tradición y cocina de autor reconocida internacionalmente

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Biniarroca es conocido por ser el hotel rural en Menorca con mayor encanto. El hotel abrió sus puertas en el año 1998 a las afueras de Sant Lluís, después de tres años de intenso trabajo de rehabilitación de una casa de campo tradicional menorquina, conocida como “lloc”. Desde entonces, el diseño de sus interiores y jardines lo han convertido en el refugio ideal para desconectar del estrés del día a día. Sin duda, la mejor opción para regalarse y disfrutar de la tranquilidad en pleno campo menorquín.

El hotel rural Biniarroca es la opción perfecta para quienes busquen relajarse en un ambiente romántico y sosegado. Aquí se unen en un equilibrio perfecto la belleza de lo rústico con las comodidades de lo moderno. Un entorno magnífico en el que disfrutar de un capricho. Ya sea una sofisticada cena en el restaurante gastronómico o una opción más desenfadada al mediodía. Podrá disfrutar dando un agradable paseo por los bonitos jardines inspirados en la Riviera italiana, tomar un baño en la piscina o recibir un tratamiento relajante a manos del masajista de el hotel 

El hotel rural Biniarroca es un remanso de tranquilidad en plena naturaleza y es justo resaltar la belleza de sus jardines. Un paseo por estos espacios lleva a los visitantes a disfrutar de diversa flora y fauna, siempre rodeados de elementos característicos de la Isla y una decoración basada en rosas, tamarindos y frondosos árboles decorativos y frutales. Los caminos están delimitados con pared seca, la tradicional pared menorquina levantada sin usar ningún tipo de mortero siguiendo métodos ancestrales y marcados con marés, la piedra calcárea propia de estos terrenos mediterráneos y base de la arquitectura rural de Menorca.

Las piscinas, de reflejos turquesa y estilo clásico, son el espacio ideal para relajarse. En la mayor de ella, con capacidad para 30 personas, se puede encontrar un bar donde se sirven almuerzos o una copa relajante en cualquier momento del día. A media tarde, se puede disfrutar de un bizcochos casero con ginebra Xoriguer y bayas de enebro, con calabacín y jengibre, de chocolate… Y al atardecer, se convierte en el lugar idóneo para degustar un cóctel a la luz de las velas. La piscina pequeña, en los jardines ofrece más privacidad y exclusividad para aquellos huéspedes que deseen regalarse en el más absoluto silencio 


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